Las dos muertes de «El Gaby»

En las calles de nuestra ciudad se llevan a cabo miles de historias, todos los días y a todas horas hay distintas versiones de lo que acontece, la mirada de un hombre puede variar de la de una mujer respecto a un mismo hecho, así, las autoridades a veces dan versiones distintas a la realidad de las cosas, unas veces por complicidad, otras por ignorancia y otras por conveniencia.

Así, tenemos las dos muertes de «El Gaby«, Zar de la Piratería en Nuevo León, controlando su negocio desde el interior del Centro Preventivo de Readaptación Social «Topo Chico», en Monterrey, Nuevo León.

Gabriel Ayala Romero, vecino de San Nicolás de los Garza, Nuevo León, al encontrarse en libertad, era conocido como «El Gaby» o «Don Gaby«, por sus allegados. Creador del sello discográfico pirata «By-Ga» (Gaby al revés), mismo que desapareció al ser controlado dicho negocio por los Zetas, con sus discos de «Los Únicos«.

Las dos muertes de este hombre son la oficial y la real.

La versión oficial habla de que «El Gaby» fue asesinado en el penal del Topo Chico por un interno que cumple una condena de 50 años por dos homicidios, luego de que fue señalado por testigos como el que mató a Ayala Romero, porque presuntamente lo hostigaba cobrándole una deuda de 100 mil pesos.

Osvaldo Alejandro Muñoz Montoya, de 30 años, fue quien, de acuerdo a las autoridades, asesinó a Gabriel Ayala Romero, ya que le cobraba 100 mil pesos desde que los dos estaban libres, según la Procuraduría General de Justicia Estatal, el domingo por la noche Ayala citó a Muñoz en el área de Arte y Cultura para que supuestamente le entregara el dinero que le debía, pero la insistencia del ahora occiso hizo enojar a Muñoz y discutieron, presuntamente el homicida observó que Ayala se llevó la mano a la cintura, como si fuera a sacar algún arma, por lo que lo apuñaló en 23 ocasiones.

El cuerpo de «El Gaby» fue encontrado boca abajo en uno de los pasillos del reclusorio, en el área conocida como de Arte y Cultura, según el reporte del jefe de turno. A un lado del cuerpo, Muñoz dejó tirado un cuchillo hechizo de 30 centímetros de largo, que presuntamente usó en el crimen.

Después de su homicidio hubo una riña y así lo encontraron.

Esa es la versión oficial, la que se dio a conocer a los medios impresos.

La verdadera historia es otra.

Desde el traslado de «El Chago» y «El Comandante Pelón» del Penal del Topo Chico a prisiones federales, «El Gaby» se quedó encargado de la cárcel, los internos eran felices con su mandato, pues eliminó el castigo de los tablazos, consistente en golpear con un tablón el cuerpo de los reos que no cooperaran con los mandatos y lineamientos de los Zetas.

Sin embargo, desde la reclusión de un reo no especificado, las cosas cambiaron y de ser el encargado del penal, dejó ese puesto y manejó únicamente la piratería, contando con radios de comunicación para el exterior.

Aproximadamente a las nueve de la noche del 10 de enero del 2011, «El Gaby» le dijo a su ayudante que le mandaba llamar el encargado de los Zetas en el penal, ante esto, se presentó en el área donde lo citaron, le indicó el interno que por órdenes superiores él tenía que ser su segundo al mando y que tenían que volver a implementar los tablazos para castigar a los internos y atemorizarlos, ante esto, el llamado Zar de la Piratería le contestó que él no era sicario ni un mugroso, que lo de él era vender discos piratas y no golpear gente.

Rechazó el ofrecimiento del mafioso y con insultos se alejó de la celda, ante esto, los guardaespaldas del nuevo encargado lo comenzaron a golpear, el falsificador regresó la agresión por su altura y corpulencia.

Cobardemente, lo comenzaron a golpear entre varios y usando puntillas y otros artefactos punzocortantes lo hirieron, el pirata no se dejaba hasta que lo amenazaron con asesinar a su esposa e hijo ante su presencia.

Fue en ese entonces que se sometió y lo ultimaron, las heridas fueron más de las descritas en la autopsia.

Su cadáver fue sacado al área donde lo encontraron y su esposa notificada, después, los internos se enteraron de lo ocurrido y así, armaron una riña porque mataron a quien los protegía.

El encargado del penal mandó traer a un reo que tuviera una condena larga y ese era Osvaldo Alejandro Muñoz Montoya, a él le dijeron que como tenía una sentencia larga, no saldría vivo del penal, y lo obligaron a que cargara con el muerto, para esto le dieron dos cosas, cinco mil pesos para sus gastos y la promesa de que no matarían a toda su familia.

Así, con esto, el interno confesó e inventaron la historia de la deuda.

Estas fueron las dos muertes de «El Gaby», contadas por una persona que lo presenció.